A la hora de gestionar distintos perfiles profesionales en redes sociales, hay que tener en cuenta dos aspectos: el cliente y la red social.
En primer lugar, debemos conocer las características del perfil del cliente. No sólo tenemos que saber el tipo de actividad a la que se dedica, sino que también debemos tener en cuenta el tipo de organización, los miembros que la conforman y, sobre todo, sus valores. Esos valores nos ayudarán a crear la personalidad o la forma de ser y estar de esa empresa en las redes sociales. De esta manera, nos encontraremos con empresas u organizaciones con una personalidad o imagen corporativa más seria con las que quizá haya que evitar la originalidad o el toque de humor en sus cuentas de redes sociales.
En segundo lugar, también hay que conocer la red social con la que trabajamos, ya que cada una tiene un fin. Por ejemplo, no podemos publicar lo mismo ni en el mismo tono en ‘Facebook’ que en ‘LinkedIn’. Ésta última es una red social profesional, mientras que ‘Twitter’ y ‘Facebook’ se utilizan más para compartir noticias.
Yo, incluso, distinguiría entre ‘Twitter’, más seria y noticiosa, y ‘Facebook’, red social más destinada al ocio y a compartir información con los amigos y conocidos, por lo que en ‘Facebook’ muchas de las actualizaciones no suelen ser profesionales, sino más bien de la vida personal de cada quien. Existen muchas más redes sociales, pero éstas son las más utilizadas en el ámbito profesional y empresarial.
En cualquier caso, lo más importante en redes sociales es atender a nuestro público, responder a sus dudas, sugerencias y, sobre todo, cuidar a nuestros seguidores.
Teniendo en cuenta tanto al cliente como a la red social, podemos diseñar una buena estrategia para comunicar con eficacia los mensajes de nuestros clientes.
Ana Katrina Jensen (@Ana_Katri)