Vender nunca es fácil. Ya sea del sector económico al que pertenezcan las empresas, todas buscan y desarrollan mecanismos que les permita tener éxito en sus respectivos campos. Una tienda de ropa buscará llegar a sus clientes finales mediante promociones de captación y fidelización, escaparates atractivos y llamativos, trato cordial y personalizado…Por otra parte, también podemos encontrarnos con otro tipo de organismos que ofrecen servicios a instituciones, públicas o privadas, y cuyas herramientas de captación y fidelización son diferentes. Una agencia de publicidad o una de comunicación no tendrán por qué emplear promociones similares a las de una tienda de ropa, pero sí podrá hacer rebajas específicas a algunos clientes, en función de distintos factores. Por otra parte, al no trabajar de cara al público (si no que serán sus clientes los que lo hagan), los elementos sensoriales (cómo música, olores o iluminación) pasarán a un plano secundario. En este sector, por tanto, entran en juego diferentes herramientas. Una de ellas es el dossier corporativo.
¿Por qué un dossier corporativo?
Como definición amplia, podemos entender por dossier corporativo a aquel documento que persigue resumir las principales cualidades, acciones y progresos de una empresa, con el fin de exponerlos para generar un feedback frente a potenciales cliente. Partiendo de esta definición, podemos encontrar tres elementos que ratifican su importancia:
Estrategia e Imagen
La importancia a la hora de realizar un dossier de estas características está en que es, dentro de un plan de comunicación, una de las herramientas fundamentales para llevar a cabo una proyección óptima de nuestras facultades, generando sinergias con el resto de componentes de nuestro Plan.
Por otra parte, la base de este tipo de documentos es la de, mediante un diseño atractivo y contenido de calidad, mostrar a tus posibles clientes lo que puedes ofrecerles, de un pantallazo. Es decir, mostrar una imagen favorable de lo que haces y cómo lo haces.
Autocrítica
El valor de realizar un dossier corporativo radica no solo en la capacidad expositiva que la subyace a la hora de “vendernos” frente a potenciales clientes de nuestro sector, interesados en contratarnos. La creación de este documento nos permitirá también desarrollar las aptitudes necesarias para ser capaces de discernir, como empresa, cuáles son nuestras fortalezas y debilidades.
De una u otra forma, este ejercicio de reflexión nos permitirá progresar, como un ente vivo que se expande tanto interna, como externamente.
Santiago Cabrera Catanesi (@SantiagoCabCat)
