Instagram, como también ocurrió con Facebook o Twitter, se ha convertido en parte de nuestra vida cotidiana. Ya es habitual en nuestro día a día lucir en esta red social nuestras nuevas compras, la playa donde estás de vacaciones, el restaurante que acabas de descubrir o mostrar ese exquisito desayuno que te han preparado por la mañana. Eso sí, siempre de la mano del mejor filtro.
Este potencial lo han sabido ver las marcas desde hace un tiempo, convirtiendo Instagram en un nuevo escaparate para sus productos.
Vivimos una época en la que prima lo visual y lo instantáneo, algo que ha servido a esta red social para alzarse como una de las opciones más valoradas entre las marcas ya que les permite mostrar sus productos como si de un catálogo online se tratara. Pero no un catálogo cualquiera, sino un catálogo donde el usuario comenta, comparte e incluso puede llegar a comprar directamente. Consiste en convertir al seguidor en fan, y al fan en cliente.
Y cada vez es más fácil convertir seguidores en clientes. Desde hace unos meses, Instagram integró en su aplicación un botón que te permite acceder a la compra online del producto que estás viendo.
A todas las posibilidades que ofrece la imagen en Instagram, y ahora también el vídeo, hay que sumar el crecimiento que está experimentando, llegando a pasar por encima a un gigante como lo es Twitter, con más de 300 millones de usuarios activos.
Y es que ya lo dice el refrán: una imagen vale más que mil palabras.
Sergio Mercader (@bribribliblii)