Esta es la pregunta que se realizan la mayoría de los trabajadores españoles. Y, en efecto, sí se puede. A lo mejor sonará a fábula o incluso a una simple invención, pero no, la felicidad reside en uno mismo. Pensaréis que es un tópico o que es algo que sólo consiguen unos pocos, aunque en realidad todos podemos alcanzarla. Si no te gusta algo ¿por qué no cambiarlo? El miedo y la inseguridad puede que sean los únicos obstáculos que encontramos en el camino y que nos impiden ver con claridad. Esto me recuerda a una pequeña historia que me contó una amiga.
“Un hombre estaba conduciendo su coche de camino a casa y, de repente, sufrió un percance: se le pinchó una de las ruedas. Enseguida se bajó del vehículo y se dispuso a buscar un gato hidráulico con muy poca fortuna, pues no lo encontró. Miró a los alrededores, vio una casa a lo lejos y decidió pedir ayuda. Mientras que iba caminando, empezó a pensar ¿y si no me abren la puerta? ¿Y si no me dejan el gato? ¿Y si les caigo mal? ¿Y si me tratan mal? Infinidades de preguntas, todas con connotaciones negativas. El hombre llegó a la casa y, cuando le abrieron la puerta, dijo: el gato te lo puedes meter por donde te quepa”.
La moraleja de esta historia es que en numerosas ocasiones somos nosotros mismos nuestros propios enemigos, ya que nos creamos una montaña de miedos e inseguridades que no tienen fundamento alguno y no nos dejan ver más allá.
Si una persona es feliz se notará en todos los aspectos de su vida, su motivación ante los retos y expectativas en el trabajo será mayor. Además, será más productiva en el puesto que desarrolle, todo lo contrario que una persona que se encuentre en una situación totalmente opuesta.
Una mala postura influye en el trabajo a la hora de realizarlo, la postura es trasparente, es decir, es una proyección hacia el resto del mundo. Se puede saber cómo es la actitud, la personalidad de una persona con tal sólo observar el lenguaje corporal. El mundo te verá tal y como te muestres. Si eres atrevido, calmado o nervioso no importa siempre y cuando tu postura sea la adecuada para pegarle ese mordisquito al día y empezar con energía.
Hay personas cuya postura es encorvada y derrotista ante las actividades que realiza en su puesto de trabajo, son las personas que caminan por la calle con un paso cansado y una mirada al suelo, con pocas expectativas y baja motivación. Hay que tener una actitud frente a la vida con paso firme y siempre con la mirada al frente. Esa seguridad te ayudará a afrontar retos y riesgos en la vida y en el entorno laboral.
El cuerpo no miente, más allá de las palabras.
Celia Nicolás